jueves, 9 de septiembre de 2010

No me ves.


Ahí estás, te veo. Sentado, mirando a todos lados pero sin verme. No me sientes, no me conoces, no sabes quién soy. Pero yo estoy aquí, siempre lo he estado siempre lo estaré. Te he observado, te conozco, conozco tus gustos, tus afciones. Pero no, tú aún no me has visto, no te has fijado en mí. Estoy tan cerca que casi te huelo, ese aroma embriagador ... ¿Por qué no me ves? Estoy aquí, esperándote. Y hace ya tanto tiempo que me ignoras ... Te llamo pero no me escuchas y pronto no voy a aguantar más. Lo siento, por ti, por mí y por todo, pero necesito que me veas. Mírame aunque sea sólo una vez. Por favor ... Ya está, lo siento, no aguanto. Has mirado hacia aquí y no me ves. Tus ojos brillan como siempre, con la luz de un atardecer. Quiero sentirte ... Pero tú no me conoces, no sabes quén soy. Bien, me acercaré. No muy deprisa, no sea que te asuste, despacio, casi sin que lo percibas me situaré a tu lado. Sí, sí, ya estoy tan cerca ... Tan cerca del tacto de tu piel, del brillo de tus ojos. Podría rozarte .. podría sentir tus manos. Y es que estás tan cerca. Creo que ya me ves, o por lo menos presientes que me acerco. Sí, no sabes quién soy, pero me acerco. ¿Me has oído llegar? He sido poco silenciosa ... ¿Te avisaron de mi llegada? No, no creo. Tan cerca ... estamos ya tan cerca ... Busco tu aliento, cálido, ahí buscándome. Tu corazón se acelera al reconocerme. Me miras a los ojos y me siento tan viva que podría volar. Me hundo en tus ojos, en su brillo, en su vida ... Levanto lentamente mis manos y te abrazo, te tomo entre mis brazos, te atraigo hacia mí y por un momento eres mío. Es entonces cuando te pierdo. Como siempre, como todas las otras veces. Condenada, condenada a estar sola, a que no me vea nadie, porque si me ve ... ya está perdido. Lo siento, por ti, por mí, por todo.
Descansa en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario