Recordando viejos tiempos me he dado cuenta de que
nunca mereciste mi amor. Nunca debí dártelo, ni siquiera mostrártelo. Pero lo
hice. Me enamoré de ti como una tonta y así acabé. Pero a ti te da igual, lo
sé. Como todo en esta vida. Pero, ¿sabes qué? Un día te darás cuenta de lo que
perdiste, de lo que dejaste pasar por tu inmadurez, de todas esas cosas que
nunca vivirás. Y ahí será cuando te des cuenta del gran error que cometiste
cuando me dijiste que ya no me querías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario