martes, 4 de enero de 2011

Mi almohada es testigo de todas las lágrimas que derramé por vos, mi habitación, del dolor que sentí el día que te alejaste de mí, mis padres al ver que yo ya no era la misma, mi vida, ya no es la misma... Mis días son completamente diferentes, grises, sin color alguno. Con cada paso que hago al caminar mi corazón se rompe cada vez más, te extraño más que a nada en el mundo y daría cualquier cosa por que estés conmigo, o por lo menos te des cuenta que esta nena, caprichosa de mamá, te amo más que nadie, y que daba todo por vos. Eras vos, solamente vos en quien yo pensaba todo el día, y no veía la hora de verte, vivía por vos. Pero al parecer a vos nunca te importó, así que lo único que espero es que algún día aprendas a valorar y a ver todo lo que dejé por este puto amor no correspondido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario